En el año 1887, la Policía de la ciudad de Buenos Aires publicó la Galería de Ladrones de la Capital, un documento institucional con casi doscientos retratos fotográficos de sospechosos, ladrones y reincidentes, a fin de que estos pudieran ser reconocidos y vigilados por los agentes policiales. A cada una de estas fotografías la acompaña una serie de datos personales y descripciones minuciosas sobre el rostro de los retratados. El ‘color de piel’ y las categorías utilizadas para clasificar los rasgos del rostro confluyen en un tipo particular de clasificación racial. La propuesta de este trabajo es analizar cómo las fotografías, en articulación con las categorías raciales de la publicación, sostenían y construían representaciones racializad...